viernes, noviembre 24

... Y los sueños, sueños son...

Pues yo estaba oyendo Gaia de Mägo de Oz (que por cierto, las chicas que tocan los violines y el cello en ese concierto son verdaderamente hemosas, ¿o será que me gusta ver a una chica con un violín?) y pensé en algo, ¿me meteré a la corriente surrealista tan practicada por Sejo y Poncho? No, aun no las entiendo del todo, así que seguiré escribiendo sobre sueños, que no tengo y que solo cuando estoy despierto puedo visualizar. Además de leer un comentario por ahí, por demás curioso, surgiò esto...

Despertó, vaya inicio original para una historia, vió al techo y se preguntó una vez más, como todas las mañanas se reprochó así mismo el no poder soñar. Había leído alguna vez que se sueñan alrededor de cinco sueños por noche, sueños de manera cuantitativa y cualitativamente especificados por un estudio sistemático serio, basado en los movimiento e impulsos provocados durante el periodo de letargo. Y aunque parecía no poder soñar "dormido", tenía gran habilidad para mirar el correr del mundo por la ventana todas las mañanas cuando tomaba el camión que lo llevaba a su trabajo, y en ese momento separarse de la realidad durante unos minutos. Y empezar a vivir en un mundo pleno, donde las emociones se intensificaba. Sentía, olía e incluso saboreaba estos momentos. Más de una vez se le había olvidado bajar en su destino por estar viviendo aquel otro mundo. Aquel mundo que todos encuentran de noche, pero que él enc0ntraba de día. A todas horas y en todo lugar.
Dando lugar a que de esta menra lo despidieran de su trabajo, por no tener los requerimientos de eficiencia y compromiso que sen pedían para el cargo. Al principio se sintió muy triste y soñaba con que aún seguía asisitiendo puntual a la oficina, sin embargo, paulatinamente se dió cuenta de que podí vivir de los sueños. Encerrado en su casa, que había pertenecido a su abuelo y a su vez al abuelo de éste, soñaba con que tenía todo, mujer, comida y familia. Soñaba con aquellos cielos verde olivos que ya no podría alcanzar más que en este mundo. Soñaba con los cielos marrones, en los que parecía que los ángeles derramaban miel en sus paredes. Que se había derrimbado, el cielo marron ya no existía, tal vez jamás existió. A decir verdad no sé si el lo soñó o simplemente en un momento de la historia, en algún universo. Alguien como él había navegado en aquellos mares. Esperanzado en que sí, continuaré la historia.
El pobre hombre, ya casi una sombra, consumido por las llamas del hambre. Vaya desperdicio de vida, dirán algunos, pero yo creo que por lo menos el fue feliz, en un mundo que existió para él exclusivamente y al que solo tenían acceso él y sus variados niveles de conciencia. ¡Cómo quisiera entrar a un mundo así!. Finalmente murió como mueren todos en este mundo, tal vez simplemente se fue a vivir a ese otro mundo permanentemente. Fue egoísta, imaginé que tal si ese hombre hubiese aprovechado sus noches, ya que no soñaba, en hacer acciones alturistas, ayudar a los niños en África, o en las sierras, o a las madres enfermas, o buscar la cura para el Sida o algo así. Pero se dedicó a soñar. No sé si ella fue la causa de tan absurda pérdida. Ahoa no sé querido lector si estamos haciendolo mismo, soñar despiertos y lo que yo sueño, por medio de códigos, llega a usted, vía medios electrónicos. Y tal vez, solo talvez tocamos por un pequeño momento aquel mundo, mas ó menos real al que estamos acostumbrados.

1 comentario:

  1. Anónimo1:19 p.m.

    jajaj qe chido..

    me deja temas de qué pensar, pero creo que por el momento no puedo externar alguno (por imposibilidad, no por no querer hacerlo)

    Ahorita comentaré los otros escritos más "recientes", que ya leí...

    (por cierto, puse "comments" porque así normalmente me sale la palabra en los espacios... pero bueno, ahorita pondré una "disculpa" explicando. Gracias por tus comentarios)

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