domingo, noviembre 19

Lacrima profundere

Alguna vez te soñe. ¿Sabes? Alguna vez cuando me preguntaron ¿Cómo es tu persona perfecta? Solo pude pensar en tí. Sólo pude pensar en tus cabellos castaños sucumbiendo ante la gravedad y reposando tranquilos en tu blanca piel. Es de imaginarse que las artimañas de la mente hacen crear ilusiones y sueños, dignos de todo aquel que por "amor" (ese concepto intangible en donde se refugian los faltos de esperanza y los necesitados de entendimiento) quisiese cubrir su ignorancia. No quisiera seguir enconces, con este tipo de escrito tan altamente explotado y tan indiscriminadamente hecho. Y sin embargo, no poseo aùn la fuerza o la desicicón para decírtelo de frente, como para enfrentarme a aquellos mares marrones, donde lo ángeles derraman miel por lo cielos, y decirte que mi barco se enfila a esos mares. Que no espera un puerto abierto, y que sin embargo pedirá lo dejes exploirar en él.
Y las alas del negro ángel se acercan de nuevo, bajando lentamente ante mí, cubriendo la poca luz que àún me llega. Que aun me irradias. Me pregunto si el ángel no tomará mi alma por fin y la arrojará en pedazos contra los puntiagudos picos que se alzan debajo del cielo gris. Dejándome ya sin la posibilidad remota de querete o de que en el mejor de los casos, me quieras a mí.
Hay quien dice que es posible, hay quien dice que no. No me interesa, no me interesa que puedan pensar o que puedan decir.
Así es como la lágrima cayó en el mar oscuro, haciendo un ruidito hermoso...

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