lunes, diciembre 3

De cómo defecar

Esto fue enviado a Lazlo Mounssong por motivo de su curso de Apreciación del Humor y no como otros aseveran en inspiración a las dos chicas y una copa.

Instrucciones para Defecar

  1. Un ajetreo absorbente, similar a una algarabía en los barrios de Iztacalco en el mes de junio, lo recorrerá de callo a mollera. No se asuste, esto es normal, dentro de lo que cabe en la normalidad en nuestros días. Cabe mencionar que en la vida, encerrada en tres metacapas de audio corre a 128 kilobytes por parpadeo, uno espera que todo lo que concierne a la existencia siga este mismo paradigma y se adhiera al discurso del tren descarrilado. No todo lo existente sigue el dogma de la decadencia acelerada, en cambio, procesos como este siguen un orden que tiene su origen en millones de años de evolución continua y distante. Un par de cafés y un montón de teclas no cambiarán una historia de monos y centellas.
  2. Uno debe entrar súbitamente, si es necesario, no dejarse influenciar si los aposentos en los cuales se entra son grandes y majestuosos o si son precarios y grises. Cuando llega el momento, llega el momento, y esto es irreducible. Si uno trata de luchar en contra de millones de impulsos nerviosos, sistema trazado y perfeccionado con el tiempo, es como inyectarle vapor a una olla cerrada, el resultado será una explosión sumamente dañina de carne y sangre.
  3. Una vez llegado el momento, colocado, cómodamente de preferencia, en los soportes encima del abismo, tome aire. Inhale y exhale. La sangre correrá hacia dónde debe y el cosquilleo aparentemente sempiterno aumentará a magnitudes inimaginables, olas de sangre correrán a la cabeza, miles de odaliscas danzantes se moverán a través de los dedos de la mano, mientras que los de los pies se contraerán al unísono, un golpe caliente en las mejillas y una exhalación después hará comenzado la labor.
  4. Ésta acción conlleva necesariamente compartir con el mundo lo único que realmente es de Uno. Es un momento único, especial por sobre todas las cosas, si se pudiese disfrutar con una mujer sería mejor que mil orgasmos. Deje que recorra palmo a palmo de sus adentros, que corra como corren las tortugas al mar, constantes pero tímidas. Permita que la masa amorfa de palabritas toque palmo a palmo, milímetro a nanómetro cada pedazo de la piel.
  5. Como todos los placeres en la vida, uno debe saber que tiene un precio. Ya lo había dicho el mismo Newton, a toda acción hay una acción igual pero de algún modo en sentido contrario, ¡vaya estudiante de la ruptura! La misma gata, pero malcogida. Es normal terminar en un estanque salitroso, de texturas ondulantes, como la nata agria, o el vino putrefacto. Es menester entonces que con herramientas lisas, hechas de cadáveres de tronco se recoja el campo de los caídos en batalla, ya mojados sus cuerpos por la lluvia.
  6. Uno se sube el pantalón, falda, braga o demás indumentaria que funja como hoja de parra industrial. Abre la puerta del recinto y una vez más se pare al mundo.

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