domingo, diciembre 9

Poema Ergo Sum (i)

La Proclama del Día

I
Hoy el violador de la calle 71 se dio de tope con un ramillete de palos de rosa,
cuando levantó la falda de una dama pelirroja que capturó en su red de acero galvanizado y recubierta de perfume de jazmín, cuándo ésta salía de "El Fornicadero", un famoso café a las afueras de la ciudad, se dio cuenta de que en vez de la abertura cotidiana
dispuesta a cerrarse con dientes de oro hasta la eternidad
consumada a morir sin ser rota
y destinada a morir en manos de tan tórrido rival,
había un montón de palabritas que se movían sin cesar,
revoloteaban moribundas,
rozándose unas con otras,
emanando sonidos de vaca sagrada
y olores de tulipán,
todas agolpadas en un punto
para después estallar.
El violador quiso intentar,
lo que ya por misión tenía,
pero al caerse en tan inmenso mar,
de tinta negra y carbón
murió irremediablemente,
se le atoró un candor indescriptible en la garganta,
se le subieron unos gerundios a los ojos
y sin más cedió su cuerpo a las letras punzocortantes
de su amante desconocida.

II
Los oficiales de la policía local decidieron indagar profundamente en los hechos,
de modo que le pidieron a la dama
que de favor les mostrara "sus palabritas",
ella, ensimismada por las ya presentes miradas de lujuria
y sus conclusiones acerca de la justicia sustentada en pruebas,
levanto una vez más su falda,

la justicia claramente no es ciega,

los atormentados oficiales cayeron como embelesados por cantos de sirena, a las oraciones seniles que de ahí emanaban.
El primer oficial se lanzó,
babeando, como en celo colérico de hambre de generación,
se lanzó con las piernas entumecidas,
al instante,
preposiciones y lugares comunes treparon por su ingle
e ingresaron a lugares recónditos en sus adentros,

todo lo que sale, no necesariamente entrará de nuevo

los gritos de desesperación del primer oficial, y su último aliento
despertaron a los otros dos,
que se abrazaron.
Sin más, decidieron esperar a los peritos de la federación para tener un ojo profesional de estos hechos.

III
En la jaula de hierro lloraba la dama,
y lloraban con ella un millón de verbos.

Eres una mujer de poema, dijo el borracho de la vecindad cercana, yo lo sé porque me lo ha dicho una puta que conocí en las barracas hace unos años. Aquella mujer hacía hombres de poema, falos de poema, risas de poema, y flores de poema.
Luego forraba cada milímetro de la habitación y del cliente con palabritas.

Es obvio que entre tus piernas no hay más que materia pura de mundo, una mujer de poema.

Ella sonrió taciturna, se equivoca caballero,
yo no soy una mujer de poema,
yo no estoy empotrada en un laberinto sin salida,
ni tampoco chorreo vino a jicarazo,
tampoco me crea mujer de prosa,
¡prefiero ser puta!
Aunque las putas por lo general son mujeres de poema.

Yo soy mujer de poemínimo
y he legado al punto final.

Al instante cayó desorientada, y una masa amorfa de palabritas migró de sus piernas y huyó a tierras más cálidas. Sin embargo, entre los tejidos de la dama se quedaron atrapadas algunas oraciones religiosas. Imposibilitadas de escapar fueron muriéndose y pudriéndose una por una, dejando un rastro salado, como a mar después de derrame.

IV

Cuándo los peritos llegaron a indagar el cuerpo partido a la mitad, (ya que, al parecer, de la cintura hacia abajo era palabritas), llegaron a la conclusión de que la dama pertenecía a una secta religiosa sumamente fundamentalista que propugnaba la institución de las teorías de Descartes, pero basadas en un estudio histórico del mundo.

POEMA LUEGO EXISTO

era su proclama,
es bien sabido que el ser antes de existir fue poema,
textos como la biblia, el corán o los sutras lo confirman,
ésta secta buscaba permanecer en el estado primigenio de poema
tanto fue su deseo de ser poema,
que se convirtieron en letritas sus cuerpos,
retando el orden natural de las cosas.
Pese a que la secta fue duramente buscada y torturada,
aún algunos miembros operan en clandestinidad,
buscando el caos del mundo.
Se sabe que su plan de dominación está basado en convertir a cada habitante del planeta en palabritas
para después introducirlos a todos en un delirio sempiterno de palabras ardientes de celo y punzantes de color.

Se avisa a la comunidad en general tenga cuidado con estas personas,
de lo contrario nuestra sociedad correría el peligro de caer en el vicio y la prostitución negra de las letritas.

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