lunes, octubre 30

Supongamos...

Los dos estaban sentados frente a frente en el suelo. Solos, Ella y él, así como Sejo siempre quiso estar. Lo único malo, esque ahora no era igual, había pasado mucho tiempo desde la primera vez que estuvieron solos, y ahora el ambiente no aparentaba ser algo que provocara sonrisas.
- ¿qué pasó, amor? - Dijo Sejo con gesto de preocupación, recordando cuando empezó a llamarLa de esa forma dentro de un ambiente de risas y felicidad...
- Esque... no sé cómo decirlo...-
Ya sabía él lo que estaba pasando, ya sabía qué iba a pasar en esa conversación. Pero no, él no quería eso, había que confirmar.
- Vamos, inténtalo. Tu eres muy chida -
Ella sonrío tímidamente, y tras volver a su gesto de seriedad, dijo:
- Sé que sabes lo que pienso decirte, y sé que sabes que sé eso... tanto tiempo juntos, nos tenía que haber unido de cierta manera-
Él trato de sonreir, y de agregar algo, pero fue interrumpido.
- Pero, para que quede claro, tengo qe decirlo.-
Entonces, Ella empezó a hablar de esas cosas de las que se habla en una separación.. ya no se sentía tan cómoda como antes, la relación había perdido la magia. 'Parece que soy demasiado chido para ella', él pensó en un inicio. Pero cada vez la realidad lo iba aplastando, sentía como su corazón se destrozaba, junto con el de Ella. Cuando por una extraña razón su amada hubo acabado de hablar , él dijo, con lágrimas en los ojos:
- Entonces.. ya no somos pareja ni nada de eso... -
Ella, sin poder evitar mostrar su dolor, con los ojos enrojecidos, añadió:
- No.. ahora, somos 'sólo amigos'...-
Un silencio prosiguió a esa expresión, tan temida por los que se arriesgan al proponer una relación más seria. De pronto, él tuvo una idea, y notó que Ella la tuvo también. La miró ilusionado, y dijo:
- Somos amigos, verdad?
Ella asintió, y los dos se acercaron, fundiéndose en un abrazo, mientras se deshidrataban por tantas lágrimas derramadas. Se iban hundiendo en ese charco, lago, mar que estaban creando, pero no importaba. Tenía Ella un amigo, tenía él una amiga, a quien abrazar, en quien llorar, en quien desahogarse para dejar atrás todas las penas. Y es que, ¿qué pena puede ser mayor para un joven, que perder a su pareja, con la que tuvo una relación de varios años?
Eso tiene que llorarse... en un amigo

1 comentario:

  1. Anónimo1:41 p.m.

    También publicado en mi espacio.. le quité el final "adicional".
    Muchas gracias por los cometnarios que pusieron en su ubicación original.. lo pongo aquí sólo como para ayudar a hacer de este lugar un lugar interesante para leer lo que escrbien los cepanos.. que cada vez es más variado (de distintos autores).

    Chido, saludos, y es un honor estar al lado de escritores tan buenos...

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