sábado, mayo 31

Maldición

Maldigo el día que me senté en aquél jardín, que se desperdigaba a cada lado de la vereda de adoquines hexagonales.
Maldigo el día que me senté sobre el pasto acompañado por la permanentemente perpleja mirada de las palomas.
Maldigo el día que vi las nubes.
Maldigo el día que me adentré en los agujeros sin fondo de las aguas sobre nuestras cabezas.
Maldigo el día que fui feliz.
Maldigo el día que me elevé unos metros por encima de las cabezas de los paseantes del domingo.
Maldigo el día que me vio un hombre joven con un sombrero azul.
Maldigo el día que bajé.
Maldigo el día que me rodearon.
Maldigo el día que me encerraron.
Maldigo e día en que me elevaron sobre pedestales de oro.
Maldigo el día que me escribieron
Maldigo el día que entraron las multitudes con ramos y con alabanzas
Maldigo el día que encontraron mi casa y no dejaron nada
Maldigo e día que se vendieron mis cabellos por Ebay
Maldigo el día que construyeron un templo
Maldigo el día que morí.
Maldigo el día que me sepultaron bajo una estatua de oro.
Maldigo el día que resucité al tercer día.
Maldigo el día que no pude salir.
Maldigo el día que nadie oyó mi gritos.
Maldigo el día que morí de asfixia.
Maldigo el día que me descubrí omnipresente
Maldigo el día que no pude morir otra vez.

2 comentarios:

  1. Ey! A mí no me engaña! Eso seguro lo escribió Demesio un día que se sentía medio emo jejejeje

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  2. Anónimo1:26 p.m.

    carajo, demasiado bueno

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