domingo, abril 13

Sopor tardío de una tarde post-lluviosa

En las alturas

Dios amó tanto al mundo que envió a su único hijo para redimir los pecados de los hombres.
Al día siguiente, no hubo milagros.

Serpiente celeste

Camino hacia atrás
siguiendo a la sombras
que se precipitan por los mares
en esta la hora del fin del universo entero.

Gran Odisea de Raíz

El último candor de la noche húmeda
hincha los cráneos de los violines
y rompe en un resplandor casi ausente
las pocas horas de lucidez del amanecer tranquilo.

Hasta mi aldea retruena
el inefable ruido
lleno de disnea
sangra por las hendiduras más profundas
el escozor
de los primeros cantos
de aquella mi muert primera

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