martes, mayo 29

Sinfonía Vomitiva Opus. Juan 3:16

Y tu mano se posa sobre su seno sangrante
sin deseo, sin amor,
presionándolo con tus garras filosas y negras.
Quiero vino le has dicho
lo quiero ahora
lo derramaste sobre su frente y le dijiste que era hermosa.

Y ahora en su pútrido recuerdo te revuelcas
porque muerta no está, jamás lo estuvo
de hecho, jamás existió.

Ni el baladro retumbó hoy en las afueras,
porque fue atosigado y recluido en una prisión de cartón.

¿Quién podría cavilar que treinta pulsos neuronales
podría destruirla, azotarla, dejarla sangrando en el piso?
Todos.. los teatros caen
los grotescos disfraces se desviven
y queda el escenario lleno de líquido seminal
de un hipócrita encuentro
entre ella y la materialidad castrante.

Y una vez más, sólo una
una mísera e insignificante vez
la más grande de las oportunidades posibles
la más ilusoria de su existencia misma
el más esperanzador de los motivos jamás creados
por dios, por el Hombre, por Mí

Y como siempre, ha vuelto a caer,
como nunca lo hizo
ésta vez más atrozmente, ésta vez fue de verdad
ésta vez no fue un sueño o una quimera moribunda.
Y el ángel termina viéndola con su lanza ungida en el fuego
entrada en una mujer senil
partícipe de una deplorable inocencia salvaje.

No más....
nada.....


( La armadura de do jamás se había oído mejor en las manos de la chelista maravillosa, hubo quién dijo que fue parida por la misma Euterpe)

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