Quisiera verte de nuevo,
en ese lugar dónde los ojos de las muchedumbre no nos ven
en dónde los poetas no evocan su llanto lírico
quisiera no querer encontrarte en las sombras.
Sé la guerrilla que pelea en mi concierto de luces,
sé el grito que levante a las almas de sus vuelos tranquilos
sé la muerte misma que derrita el ilusorio dictamen de lo cierto
sé mi vida,
sé mi revolución.
Y en cambio total, caótico y ajeno
sobrevivirás tú, como fuente infinita de voces azuladas
cantarás sobre el Estigia que inflama las venas del monstruo aquél
y caigo acariciado por estrellas
se termina
se difumina
el fin...
Mientras el gorgojo aletea,
cortejando al clavel en una noche de primavera
ahí donde Luzbel llora por haber caído
llora por que bajó a la tierra en busca de un amor
que, como diría la razón, no fue correspondido
y sus alas radiantes se convirtieron en hojarasca putrefacta
y rostro de por helénico en un eufemismo grosero
al final fue hombre...
al final murió
como su amor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario