domingo, agosto 22

Diario de Wolfgang Arévalo: 12 de abril de 2006


Obtenido de: Arévalo, Wolfgang. Obras completas y discursos varios. Cood. Raúl Demesio de la Garza García. Ciudad de México: Nulísimos/ Comunidad Literaria Urbana y Barrial "Carlos Marx", 2010.



Durante los últimos días de su vida, Wolfgang Arévalo decidió elaborar un diario. El documento recoge los pensamientos de Arévalo de enero de 2004 a abril de 2009, mientras ejercía como ministro del Movimiento del Optimismo Celestial bajo el seudónimo de José Martín Torres Carrazco. Este volumen editado por el CLUB de los Marxistas publica de manera inédita la reproducción fiel del diario.



Ante todo no puedo escapar. Me desperté en la mañana aspirando el olor fétido de este pueblo polvoso. A las afueras del convento, descuidado y podrido, sólo se puede encontrar el lazo último de la decadencia brutal con la que se atan las prostitutas a los árboles en las esquinas.

A veces me duermo con la esperanza de que, al despertar, todo esto sea un horrible y espantoso sueño juguetón. Reírme y contarle a mi mujer. Que ella se ría y me diga: "vamos a nadar". Luego despierto y me veo aquí, en mi misma piyama agujereada, en mi mismo cuerpo derretido, en mi misma cabeza confundida, en la misma amargura de siempre, como me recuerdo siempre.

Es paradójico que esta situación se reproduzca como el fractal. Es infinitamente chocante que no sólo se reproduzca la amargura y el hastío hasta las entrañas mismas de lo que soy, sino que además sea imposible salir.

Esto no es una lucha filosófica. Yo no quiero la emancipación. Es la más pura expresión adolescente de no querer ser quién soy. De nacer de nuevo en una mansión en un castillo en Freiburg, de ostentar la dirigencia del SPD o de ser un científico especialista en el funcionamiento del colisionador de hadrones.

Pero no, todo es igual. No despierto en Freiburg, no soy ni más listo, ni más rico, ni más guapo. Sólo me tengo a mí y a esa gente polvosa que tanto babea cuando digo estupideces. Esta gente es igual a mí supongo. Engaño con las mismas frases que me engañaron a mí, con las mismas fórmulas desgastadas, con el mismo tiempo desperdiciado miserablemente.


12 de abril de 2006
Atotonilco, Hidalgo, México.