domingo, julio 26

Mareo

UNO
A veces las Juventudes Comunistas gustaban de hacer poemas eléctricos en papel amate los días de diciembre que nunca nadie paraba por el Deportivo San Pedro, última gran obra del Partido Conservador. Se preguntaban los jóvenes gamberros, llenos de espermatozoides a toda velocidad, si no sería una sola hoja plasmada el arma perfecta de la Revolución, si no habría que castrar a la poesía misma para entrar con las garras llenas de sangre-visceral a un abismo lleno de misterios.

DOS
Era terrible, los errores de los poemas malvados se amontonaban como si fueran polvo de ferretería en un vendaval, un corro de palurdos en plena creación-consciente hecha y desecha por las coplas de la duranguense más popular de la radio más masiva de la ciudad. Un paso abismal y no queda nada.



TRES
Todo es un error. El colectivo de poetas jóvenes no es más que un chiste. Poco después de la final del torneo local, Barcelona vs San Francisco, no quedaron en la tierra desecha por los pies rastros del último gran poema del siglo XX.

CUATRO
Había que pensar en el colectivo poético total, ¿de verdad los jóvenes eran su única expresión? ¿No lo serían, muy a su manera, las señoras de los aerobics de la tarde o las del yoga de la noche? ¿No lo serán los gatos apelmazados del centro de recolección de basura del barrio? ¿No lo serán las garnachas de la calle aledaña? ¿No lo será el mundo en su revolución constante?



CINCO
Quizás las gordas de chicharrón prensado dejan tras de sí un aire semidifuso que brama: Sólo se puede ser libre cuando se tiene nada que perder.