sábado, mayo 23

Siempre que oigo el bandoneón

siempre que oigo el bandoneón me dan unas ganas de verte, in-con-men-su-ra-bles como las sílabas del árabe, cómo las uñas sucias de Dios.

Yo no sé que es lo que me pasa. Es como si se separaran mis metapersonajes

Uno, erecto por las olas, habría de concienciar sobre las semillas, el arado y la rueda infinita del Dharma

Dos,

1 comentario:

  1. Anónimo9:28 p.m.

    complete la frase pero sin escribir que hay que completar la frase

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