miércoles, junio 22

Manifiesto

Querida amiga, no tengo más que decirte que la poesía de convención de señoras, la poesía de sombrero de fieltro y la poesía de blog romántico me producen sólo una cosa: ganas de vomitar.

La poesía testicular es el aullido sangriento de una daga sin control recorriendo toda la tripa, del ano hasta los dientes. Es eso lo que debe ser la poesía, no tarjetas postales del Sanborns de la carretera México-Toluca.

Hay que dejarlo bien claro compañera, la poesía no se toca, ni con el pétalo de una tecla. La poesía debe de romper con lo dicho y hecho y no perpetuar las formas lentas y terribles de una biblioteca llena hasta la náusea de fórmulas recíprocas.

La poesía, creo, no debe dejarse llevar por su propia burguesía, no debe dejarse llevar por los que dicen que tiene algo de burguesa, no tiene que dejarse llevar por el poeta de lucha de clase.

LA REVOLUCIÓN DE LAS IDEAS
La evolución de las ideas
o
¿las ideas de la evolución?

Los resplandores de la poesía deben de llegar hasta los rincones más oscuros de los más indignos para ella... si es que cuando se habla de poesía se puede hablar de dignidad.