
Subí al metro, al metro infinito, oscuridad, foquitos y uno que otro árbol. Cuándo de repente algo me hizo olvidar mis ganas de oír a la Orquesta Sinfónica.

Finalmente me subí a un pesero, uno de esos que aprisionan a varias "gentes" y la llevan, lejos, o cerca, todo depende de su destino propio o de su Dios interno. Y no sé porqué me acordé de ti.

Que tanto t puedo escribir, solo 4 letras que no es amor, no odio; AMEN!!! Memo Mägo
ResponderBorrarJa ja... Chavo, no sé qué te pasó... Sin más qué decir...
ResponderBorrar